Cae calor. La calle recibe fuego del cielo. Luz radiante mueve pestañas, entrecierra parpados... suspiro. A esta altura sobran almanaques, faltan días. Jornadas confusas en las que escribimos la cifra del año que viene y sentimos que no pudo pasar tan rápido el tiempo.
Vuelta de una gira marchita y misteriosa, abandonada quedó esa mujer desterrada del recuerdo. No mas sex on the beach. En el tours de compras con bolsas negras y ojos claros que desvian la mirada existe un tambaleante ser de dos años (de lucha). El resto de pasajeros (es decir lo que quedó de la civilización) que prolonga la tourne es una tribu de gerontes. Es la que saluda el paso de unos pechos que escapan del escote: jubilados memoriosos comparan insistencias existenciales "existo, luego de insistir" o "insisto, luego existo" - o algo así -. Quedán cuencos profundos como bocas desdentadas; es la siembra de años junto a la cosecha de niñas envueltas (en llamas - el calor no perdona, ni hace acepción de personas -) que quedaron atrás (en un tiempo que solo los desmemoriados re-cuerdan.
Todavia hay primavera carajo!!!!!!! Primavera que repica - sin solemnidad ni somnolencia-.
Insisto (otra vez) "no te detengas". Acelera la marcha (de los dias por venir), aminora la espera. Recuerda: la fruta amarga reniega del árbol.
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